domingo, 6 de mayo de 2018

Ruidos y focos de auscultacion cardiaca

RUIDOS CARDIACOS

Los ruidos cardíacos son la expresión sonora del cierre de las válvulas cardíacas, su funcionamiento fisiológico siempre es unidireccional, lo cual permite la correcta circulación de la sangre a través del circuito cardiovascular. La auscultación del área precordial permite la identificación de estos ruidos y sus matices en los 5 focos de auscultación. Existen ruidos que no son producidos por el cierre de las válvulas, por mencionar algunos podemos encontrar los llamados soplos y los ruidos de Korotkoff, ambos producidos por la interrupción del flujo natural de la sangre (flujo laminar) al convertirse en flujo turbulento cada vez que se encuentra una disminución del radio de los conductos por donde ésta circula.

LOS RUIDOS DE TU CORAZÓN

Focos o áreas de auscultación

Debes saber que existen áreas específicas para escuchar ciertas zonas del corazón. Cada vez que las escuches, dichas zonas, te van indicar cómo se encuentra la función de sus válvulas.
1. Foco aórtico: segundo espacio intercostal, línea paraesternal derecha. Aquí escuchas a la aorta descendente.
2. Foco pulmonar:segundo espacio intercostal, línea paraesternal izquierda. En éste lugar es donde mejor escucharás los ruidos de la válvula pulmonar.
3. Foco aórtico accesorio o de Erb: se encuentra debajo del foco pulmonar, zona que se caracteriza por permitir apreciar de mejor forma los fenómenos acústicos valvares aórticos.
4. Foco tricuspídeo: ubicado en el apéndice xifoides o en el borde paraesternal izquierdo. En éste lugar hay más contacto con el ventrículo derecho.
5. Foco mitral o apexiano: quinto espacio intercostal, línea medioclavicular izquierda. Es donde mejor se escuchan los ruidos generados por la válvula mitral, debido a la posición que tiene el ventrículo izquierdo de mayor contacto con la pared costal.

Soplos Cardiacos

Soplos cardíacos


Los sonidos normales del corazón se producen en pares. A menudo se describen como un constante «lab-dab, lab-dab». El primer «lab-dab» es el sonido que producen las válvulas mitral y tricúspide al cerrarse. El segundo «lab-dab» es el sonido que producen las válvulas aórtica y pulmonar al cerrarse inmediatamente después. Pero si hay un problema, aparte de este «lab-dab» normal, puede producirse un soplo. Al escuchar el corazón con un estetoscopio, el médico puede determinar si el sonido anormal indica turbulencia. Esto se denomina soplo cardíaco.
Las características de los soplos se deben precisar teniendo en cuenta su intensidad, frecuencia sonora, área de localización en el tórax y localización en el ciclo cardíaco (sístole, diástole).

La clasificación de los soplos más utilizada corrientemente fue introducida por Levine en 1933 teniendo en cuenta su
intensidad.

  • Grado 1: Soplo muy suave, difícil de oír, que requiere auscultar varios ciclos cardíacos para detectarlo.
  • Grado 2: Soplo suave, fácil de auscultar rápidamente.
  • Grado 3: Soplo de moderada intensidad, no acompañado de frémito.
  • Grado 4: Soplo intenso acompañado de frémito.
  • Grado 5: Soplo muy intenso que puede ser auscultado por el solo contacto del borde del estetoscopio sobre el tórax.
  • Grado 6: Soplo tan intenso que puede oírse sin apoyar el estetoscopio sobre la pared torácica.


El grado de intensidad del soplo está determinado por el volumen de sangre responsable de la turbulencia en el flujo sanguíneo y/o del gradiente tensional que causa dicha turbulencia.
El grado del soplo no se relaciona necesariamente con la severidad de la lesión cardíaca, hecho que debe explicarse claramente a los padres.
Algunos soplos cardíacos son de un tipo inofensivo denominado «soplo funcional» o «soplo inocente». Son comunes en los niños y no requieren tratamiento alguno ni cambios en el estilo de vida. En la mayoría de los casos los soplos funcionales desaparecen al llegar a edad adulta.
Aunque algunos soplos cardíacos son funcionales, otros son síntomas de un problema cardíaco más grave. En estos casos, el sonido podría indicar que la sangre fluye por una válvula cardíaca que está dañada o que realiza un esfuerzo excesivo, que puede haber un orificio en una de las paredes del corazón o que existe un estrechamiento en uno de los vasos sanguíneos del corazón.

¿Cuáles son las causas de los soplos cardíacos?
Los soplos pueden producirse cuando la sangre debe pasar por una válvula estrechada (lo que se denomina estenosis), o cuando se filtra hacia atrás por una válvula defectuosa (lo que se denomina regurgitación). Estos problemas valvulares pueden ser congénitos (de nacimiento) o producirse más adelante debido a fiebre reumática, enfermedad arterial coronaria, endocarditis infecciosa o el proceso de envejecimiento.
En otros casos, un defecto cardíaco, tal como un orificio en una de las paredes del corazón, puede producir un soplo. Procesos tales como un embarazo, anemia, presión arterial alta, fiebre o una glándula tiroides hiperactiva también pueden ocasionar un soplo cardíaco intermitente.

¿Cuáles son los síntomas?
La mayoría de la gente que tiene soplos cardíacos no presenta síntomas. Los soplos generalmente se descubren durante un reconocimiento médico realizado debido a otros síntomas, tales como dolor en el pecho, falta de aliento, cansancio o la presencia de una coloración azulada en la piel o las puntas de los dedos (lo que se denomina «cianosis»).

¿Cómo se diagnostican los soplos cardíacos?
En la mayoría de los casos, el médico podrá oír el soplo cardíaco utilizando un estetoscopio para escuchar el corazón (una técnica denominada «auscultación cardíaca»). Los soplos cardíacos cambian según la posición del cuerpo o la respiración, por lo cual es posible que se revise al paciente de pie, en cuclillas y acostado y que se le pida que respire profundamente o contenga la respiración mientras el médico escucha el corazón.
Para determinar si el soplo es funcional o si se debe a otro problema del corazón, el médico también podría ordenar los siguientes estudios:

  • Una radiografía de tórax para determinar si el corazón está agrandado.
  • Una electrocardiografía (ECG) para determinar si hay alguna irregularidad de los latidos (arritmia) o si el corazón está agrandado.
  • Una ecocardiografía para examinar el funcionamiento de la válvula, el movimiento de la pared del corazón y el tamaño del corazón.
  • Un estudio con un medicamento especial denominado «nitrato de amilo» que se utiliza para definir ciertos soplos cardíacos. El médico le pedirá que inhale el medicamento, el cual altera momentáneamente la presión arterial y la frecuencia cardíaca.


¿Cómo se tratan los soplos cardíacos?
El tratamiento del soplo cardíaco depende de la causa. Los soplos cardíacos funcionales generalmente no necesitan tratamiento alguno. Si el soplo cardíaco se debe a una enfermedad subyacente, tal como una presión arterial alta, se trata esa enfermedad. Si el soplo cardíaco se debe a una enfermedad de la válvula en sí (enfermedad valvular intrínseca) u otros defectos del corazón, podría ser necesario administrar medicamentos o realizar un procedimiento quirúrgico.
Modificación del estilo de vida
Los médicos solían recetar antibióticos antes de una intervención dental o quirúrgica a toda persona que tuviera un soplo cardíaco para prevenir la infección de las válvulas cardíacas. (Algunas de estas intervenciones podrían permitir el paso de bacterias al torrente circulatorio, lo cual puede causar infección). Hoy en día, la mayoría de los médicos no recomiendan la toma sistemática de antibióticos en estos casos, a menos que el soplo se deba a enfermedad intrínseca de las válvulas. Consulte con el médico o con el odontólogo sobre las pautas vigentes al respecto.

Medicamentos


El médico puede recetar ciertos medicamentos, según la causa subyacente del soplo cardíaco.

  • Diluyentes de la sangre (anticoagulantes), que pueden impedir que se formen coágulos sanguíneos que puedan obstruir los vasos sanguíneos.
  • Betabloqueantes, que ayudan a normalizar los latidos cardíacos rápidos y el aleteo.
  • Medicamentos que reducen la presión arterial (antihipertensivos), que alivian el esfuerzo del corazón.
  • Antiarrítmicos, que controlan las irregularidades de los latidos (arritmia) y alivian los síntomas de las palpitaciones cardíacas.
  • Diuréticos, que reducen la presión arterial eliminando el exceso de líquido y sal del organismo.
  • Digoxina, que fortalece los latidos cardíacos.

Procedimientos quirúrgicos
En algunos pacientes, podría ser necesaria una intervención quirúrgica para corregir un defecto cardíaco o corregir o sustituir una válvula cardíaca dañada